Hoy
es 15 de setiembre 2025 y se cumple el viaje 75 alrededor del sol en esta nave-tierra
y que gracias a la vida me ha brindado 75 primaveras con satisfacciones ingresando
a una nueva etapa de mi juventud que ahora se denomina “sexalecencia”.
El
muchísimo que hacer, lo aprendí cuando recitaba a Vallejo en la secundaria y al
iniciar mi compromiso social después de leer “Tungsteno”. Entendí mejor a JC
Mariátegui, en las distintas jornadas laborales hasta formar parte de la
vanguardia obrera.
Tuve
una formación en Moscú, (capital de la Rusia Soviética), en Bruselas (Bélgica),
en Turín (Italia) y Madrid (España), Como participante o expositor estuve en
Quito (Ecuador) en la Paz y Sucre (Bolivia) en Porto Alegre (Brasil), en Buenos
Aires (Argentina), en Montevideo (Uruguay), en Ciudad de Panamá (Panamá) y en
La Habana (Cuba). Hace más de un año, gracias a mi condición de dirigente
gremial participé en el Tercer Congreso Internacional de la UIS PyJ de la FSM,
en Atenas (Grecia).
Pero he recorrido mi patria hermosa con Javier Heraud y sus versos de guerrero, organizando sindicatos siendo directivo de la FTCCP, de la CGTP y del partido mariateguista de los trabajadores. La universidad me licenció como periodista, algo que llevo desde la secundaria donde mi aula ganó el concurso de murales o donde editamos “Voz Juvenil” impreso a mimeógrafo con portada y contraportada de cartulina hasta ser parte del equipo dirigente del Colegio de Periodistas de Lima.
Empezó mi gestión gremial en los años 70 del siglo pasado siendo dirigente nacional de juventudes en el IX Congreso de la FTCCP y culmino como dirigente de senectudes, en el Sindicato Central Nacional de Jubilados y Pensionistas del Perú (CENAJUPE). A partir de la fecha trataré de retirarme de toda responsabilidad orgánica en la estructura gremial, pero no me retiraré del escenario de lucha, aspirando a ser escogido por la clasificación de Bertold Brech.
Cada viaje de 12 meses, de 52 semanas, de 365 días, de 8,760 horas me otorgó distintas experiencias, desde mi infancia, entre cordilleras, entre dificultades y el aprecio de padre y de mi madre, que aún distantes, me cuidan como ángeles de mi guarda.
Tuve
amores y desengaños, pero mi verdadero amor se recrea en el sermón del
predicador de las montañas, el amor al prójimo y mis semejantes no son los dueños
de las minas, de las transnacionales, sino los obreros de las minas, los
trabajadores de las transnacionales.
Leí,
más de una oportunidad esa joya de la literatura soviética “Así se templó el
acero” y Nikolai Ostrovsky sentencia:
"Lo
más preciado que posee el hombre es la vida. Se le otorga una sola vez, y hay
que vivirla de forma que no se sienta un dolor torturante por los años pasados
en vano, para que no queme la vergüenza por el ayer vil y mezquino, y para que
al morir se pueda exclamar: ¡Toda la vida y las fuerzas han sido entregadas a
lo más hermoso del mundo, a la lucha por la liberación de la humanidad!"
Y seguiré luchando, por esa noble causa, hasta que mis fuerzas físicas y mentales me permitan y después iré con gusto al regazo tibio de la madre tierra para volver en las yerbas de las praderas y de los caminos.
Lima; 15/09/2025
