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Con el Senador Jorge del Prado ante la tumba del poeta Javier Heraud en Tambopata- Puerto Maldonado - Madre de Dios -1984 |
Estimados/as: Hoy 15 de agosto 2010, se cumplen 100 años del nacimiento de don Jorge del Prado. Celebro su cumpleaños con el profundo respeto y veneración que me inspira su moderada y silenciosa apariencia; pero extraordinariamente solidario y humano.
No escribiré lo que saben todos, sobre su amistad con José Carlos Mariátegui, su vida templada en las tareas del Partido Comunista y sacrificada en las prisiones, destierros, confinamientos, todo por la causa de los trabajadores y el pueblo peruano, todo por los ideales de la justicia social y el socialismo.
No recuerdo exactamente la primera vez que vi personalmente a don Jorge del Prado, probablemente tal en los años 74 ó 75 cuando ya asistía a las reuniones de ámbito nacional tanto de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil, como del Partido. Probablemente en 1976 cuando fui becado a realizar estudios en la Unión Soviética.
A mi retorno me dediqué a la construcción partidaria y al movimiento sindical en Lambayeque. Don Jorge del Prado, nos visitó en campaña electoral a Chiclayo junto a Leonidas Rodríguez Figueroa. Fue la oportunidad que más recuerdo. En los 80 fui incorporado al equipo del Dpto. Nacional de Organización del Partido y por lo tanto mis encuentros fueron más frecuentes con el líder del comunismo peruano.
En tal condición fui destacado en 1984 a Puerto Maldonado, Madre de Dios. Don Jorge del Prado Secretario General del Partido, era Senador de la República y había solicitado visitar esta ciudad después de 50 años de su confinamiento por estas selvas.
Reunimos a los dirigentes sindicales y movilizamos a los camaradas del Partido, formamos la Comisión Organizadora de la CGTP, fortalecimos el Comité de Izquierda Unida, propagamos su visita en la única emisora de radio y generamos una expectativa formidable en la población.
Fue una espectacular recepción en el aeropuerto más de ciento cincuenta motociclistas un camioncito y la única camioneta de la familia Ríos Pickman fue proporcionada para su ingreso apoteósico a la ciudad. Desde las veredas de las calles saludaban a don Jorge y éste a la vez correspondía con generosos gestos de satisfacción y cariño.
En la sede de la Municipalidad nos esperaba el alcalde de apellido Horna, quien hizo la recepción oficial y lo declaró huésped ilustre. Extraigo dos anécdotas que me parecen interesantes contarlas. La primera se refiere a la espera de un ciudadano, ya entrado en años que estaba bien posesionado en la puerta del local municipal y que al ver a don Jorge le abrió los brazos. Paisita, le dijo, soy yo el sargento que por orden de la prefectura le acompañé en el confinamiento por las selvas remotas. Se abrazaron y era como para llorar.
Ya en la ceremonia oficial, el Alcalde destacó tan noble visita y don Jorge rememoró el episodio de su confinamiento, la desaparición de sus camaradas, y le brotaron lágrimas que conmovían nuestros sentimientos.
Después como parte del programa visitamos la tumba de Javier Heraud para rendirle homenaje a su sacrificio, De ese acto queda como testimonio la foto que publicamos donde aparezco en el lado izquierdo del grupo.
Visitamos Laberinto, y un lavadero de oro, no puedo dejar de contar el impacto que me causó tal visita; conocí el trabajo esclavo, las precarias condiciones de vida de aquellos jóvenes trabajadores de piel amarilla que se alimentaban de plátanos y yucas y que se movían como zombis. Después visitamos la cárcel, muchos jóvenes acusados de robo y de violación sexual por los patrones de los lavaderos, para evadir el pago de sus obligaciones salariales.
La otra oportunidad que tuvimos un especial encuentro fue cuando visitó Moquegua para dar explicaciones y satisfacciones a la familia del desaparecido Alipio Mamani, militante internacionalista, fallecido en combate en la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador. El Partido me había destacado a Moquegua, Tacna e Ilo. Ya había empezado la crisis interna después del X Congreso Nacional del Partido y opté quedarme a trabajar por mi cuenta. Don Jorge ya no era Secretario General y la situación interna, agregada a factores internacionales motivaron en él una gran preocupación. Incómodo, no soportaba la jubilación política y visitaba a las bases para consultar una salida. Estuvimos en reuniones familiares en casa de Julia Colana, entrañable amiga y ejemplar compañera.
Bueno fueron muchas las ocasiones que estuve cerca a don Jorge, el camarada Jorge. Recuerdo haber escrito un verso en su homenaje cuando fue objeto del disparo en su costado izquierdo, cuando la represión apuntó a su corazón y lo recité en su presencia. Fue en tercer piso del local de la CGTP donde funcionaba la Escuela Sindical. Estuvo presente Alfonso Barrantes, entre otros.
He resaltado esos momentos de mayor acercamiento personal y siento que vive entre nosotros, hace once años en otra dimensión de la materia, como energía y ejemplo revolucionario para las nuevas generaciones. Feliz cumpleaños camarada Jorge del Prado.
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