Escribe: Oscar Alarcón Delgado
Pedro
Huilca Tecse fue un destacado líder sindical peruano, líder de los
trabajadores de construcción civil y secretario general de la
Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), asesinado el 18 de
diciembre de 1992 por el grupo paramilitar Colina
al servicio de la dictadura de Fujimori y Montesinos.
Pedro Huilca nació el 4 de diciembre de 1949 en el distrito de Ccorca, Cusco y su trayectoria sindical más destacada se resume en lo siguiente:
* Inició
su actividad sindical en el Sindicato de Construcción Civil y Artes Decorativas
del Cusco en 1968.
* Fue
secretario general de la Federación Departamental de Trabajadores del Cusco en
1977.
*
En 1980 asumió la secretaría general de la Federación de Trabajadores en
Construcción Civil del Perú (FTCCP), convirtiéndose en una de las voces
más influyentes de la clase obrera.
* En marzo de 1992 fue elegido secretario general de la CGTP, la central sindical más importante del país.
Fue
militante del Partido Comunista Peruano (PCP) y de la Izquierda Unida (IU).
Defendía la organización de los trabajadores y la participación de jóvenes y mujeres
en la lucha sindical, destacando nombres de pioneras en el movimiento obrero.
Falleció el 18 de
diciembre de 1992, asesinado, frente a su casa en Lima por un comando armado. Inicialmente
el crimen fue atribuido tanto a Sendero Luminoso, pero fue enormemente incómodo
a la dictadura a cuyo mando servía el grupo paramilitar Colina. En el proceso
ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Estado peruano reconoció
su responsabilidad y se comprometió a sancionar a los responsables.
Huilca es recordado
como un símbolo de la lucha sindical y de la defensa de los derechos de los
trabajadores y como mártir de la democracia y el trabajo. Su figura crece en la
protesta social, en el corazón de los trabajadores y el pueblo peruano.
Fui compañero de lucha. Nos conocimos por primera vez en el IX Congreso Nacional de la FTCCP, en Chiclayo junio de 1973, donde fui elegido como secretario de Juventudes, valoró mi activismo sindical y mantuvimos acercamiento hasta la última vez que compartimos preocupaciones en Moquegua y Tacna en octubre de 1992. Después, el 18 de diciembre de 1992, conocí la infausta noticia en horas tempranas.
Ese día se realizaba un mitin convocado por el alcalde Hugo Quispe de Moquegua y en pleno mitin se anunció esta tragedia para el movimiento sindical. Meses antes el mismo alcalde le había declarado Huésped Ilustre. Desde entonces en esta ciudad una promoción de secundaria lleva su nombre, una comunidad urbana, también, y en el puerto industrial de Ilo una avenida perenniza su presencia. Contribuimos, de algún modo, a su vigencia eterna, en la cuna natal del Amauta José Carlos Mariátegui.
* Lima, 15/12/2025.


