MATAFORA 1
Ayer, enlazamos tu mano a la mía,
para trasmitirte todo el amor que
sentía;
tu mano blanca, generosa
se veía tan hermosa
como una paloma cobijada a la mía.
Llené de besos la geografía de tu
mano
su nívea cordillera y la seda de su pradera
y en cada uno fui contando mi
alegría;
me sentí dueño del mundo por un
instante
y a ti como una diosa a la que
adoraba.
Que todo el mundo se entere
que soy el que más te
quiere
y si alguien, lleno de celo, te increpare
no permitas que tu mano;
de la mía, se separe.
Oscar Alarcón Delgado
Wambosmarka 12/08/2001
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